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A todos aquellos que deseen reproducir las notas de La Tecl@ Eñe: No nos oponemos, creemos en la comunicación horizontal; sólo pedimos que citen la fuente. Gracias y saludos. 

Conrado Yasenza - Editor/Director La Tecl@ Eñe

¿Qué te pasa Buenos Aires?

 

 

 

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires es el escenario de una política inspirada en el paradigma neoliberal, a contramano de lo que ocurre en el orden nacional desde 2003. En la búsqueda de respuestas, el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, acaba de publicar un texto que reúne los trabajos de veinticinco autores, todos ellos investigadores del CCC y especialistas en diferentes disciplinas de las ciencias sociales, bajo el título “La ciudad empresa. Espacios, ciudadanos y derechos bajo la lógica del mercado”.

Por Edgardo Form*

(Para La Tecl@ Eñe)

 

 

 

David Viñas, figura extraordinaria de la literatura argentina, destacaba con orgullo su condición de porteño y agregaba, para mayor precisión, su arraigo en Corrientes y Talcahuano.

 

Es que las callecitas de Buenos Aires, su arquitectura, cada uno de sus barrios, los símbolos distintivos de cara rincón del territorio urbano y la gente, los porteños y las porteñas, son un conjunto de factores que hacen a la identidad de los nacidos en la Capital Federal de la República. Una ciudad donde se asienta el poder político de la Nación, cuya historia resume las disputas iniciadas a partir de la Revolución de Mayo de 1810 y a lo largo de los últimos doscientos años, entre lo nuevo que no termina de nacer y lo viejo que no termina de morir.

 

Precisamente, como expresión más cruda de esa confrontación de proyectos, desde hace algunos años la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es el escenario de una política inspirada en el paradigma neoliberal, a contramano de lo que ocurre en el orden nacional desde 2003, cuyo sentido se ubica claramente en las antípodas. Esto es, la estrategia de potenciar al mercado interno, afirmar el papel del Estado como gran orientador y regulador de la economía y garantía para el ejercicio pleno de los derechos ciudadanos, entre otros conceptos que orientan el Proyecto Nacional y Popular.

 

La pregunta que nos hacemos con frecuencia quienes militamos en esta vereda, la de la defensa de los intereses del país y nuestro pueblo – digamos, la vereda de la izquierda – es ¿qué te pasa Buenos Aires?, ¿por qué vota del modo en que lo hace buena parte del electorado porteño? Y así podríamos seguir con una lista de interrogantes, para tratar de desentrañar las causas de lo que algunos califican como un giro a la derecha, o bien como un triunfo temporal (así esperamos) de la prédica persistente de los medios de comunicación hegemónicos, parte inseparable de los grandes grupos económicos concentrados.

 

En la búsqueda de esas respuestas, el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini acaba de publicar un texto que reúne los trabajos de veinticinco autores, todos ellos investigadores del CCC y especialistas en diferentes disciplinas de las ciencias sociales, bajo el título “La ciudad empresa. Espacios, ciudadanos y derechos bajo la lógica del mercado”.

Para definir el sentido de este trabajo colectivo y cuidadosamente ordenado en sus 257 páginas, el director del Centro Cultural, Juan Carlos Junio señala en el prólogo: “Desde su asunción, en 2007, como máxima autoridad al frente del Poder Ejecutivo en la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri ha sido el protegido privilegiado de los medios de comunicación hegemónicos. Esta decisión política estuvo fundada en la esperanza de los grupos de poder de que se convirtiera en la opción principal para derrotar al kirchnerismo en las elecciones presidenciales. Pero, como toda figura construida por consultores internacionales y con discursos reelaborados por marquetineros, seguramente resultará intercambiable, si nuevos nombres empiezan a tronar con fuerza por su capacidad para arrastrar más votos. Más allá de ello, la pertinaz defensa del macrismo por parte de los grupos mediáticos, que son a la vez orgánicos del poder económico, también se origina en la apuesta al éxito político y de gestión del proyecto impulsado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el PRO. Este distrito paradigmático se vuelve punta de lanza de la avanzada neoliberal.”

La complejidad de este proceso tiene raíces más lejanas en el tiempo y en ese sentido, la socióloga Susana Murillo, autora del capítulo “El paradigma de una ciudad-empresa” explica en uno de los párrafos que “Si durante la dictadura de los 70 el espacio urbano fue desindustrializado a fin de evitar revueltas obreras, al mismo tiempo y de modo paulatino, particularmente en los 90, comenzó a adquirir un aire farandulesco, acorde a la cultura de degradación que el neoliberalismo imponía paulatinamente como modo de construir apatía política en los ciudadanos. Fue entonces cuando desembarcaron enviados del Manhattan Institute del grupo Bratton-Giuliani a fin de transformar la estructura de la denominada “seguridad” ‘de la ciudad. Pero su programa no lograba plasmarse merced a tercas resistencias de diversas organizaciones sociales y a ese imaginario que, aunque ambiguo, colocaba a la igualdad como un principio del espacio público de la ciudad.”

 

Y más adelante, Murillo sostiene: “Hasta que la muerte, una vez más, logró reconfigurar el imaginario ciudadano. Cromañón, en el año 2004, fue un hecho ominoso cuyos efectos no terminan en la atroz muerte de 193 personas. El dolor de Cromañón fue colonizado por un proyecto que tenía ya varios años y poderosos impulsores, quienes luego de la tragedia se asentaron en esa pena colectiva y lograron re direccionar la gestión de la ciudad a través del apoyo de buena parte de sus habitantes… La gestión de la Ciudad que se instala tras la tragedia de Cromañón y la destitución del por entonces jefe de Gobierno no venía a propiciar un duelo por los muertos, se trataba de la continuación de una estrategia que los enviados del grupo Bratton-Giuliani habían intentado instalar sin éxito años antes. El proceso fue mostrando paulatinamente un objetivo claro: transformar el espacio urbano, construir un nuevo paradigma de ciudad en el cual aquellos aires de igualdad, que de modo ambivalente supo tener Buenos Aires, se perdieran.”

Obviamente, no pretendemos reproducir el magnífico texto al que hacíamos referencia en uno de los párrafos precedentes, pero nos parece indispensable, a modo de introducción al tema que nos ocupa, la transcripción textual de otros importantes aportes conceptuales de la citada autora, referidos a la ideología implícita en los cambios culturales operados desde la última dictadura cívico militar y acentuados en la década perdida de los noventa.

“Este nuevo paradigma – sostiene Susana Murillo – trata de conformar la nueva ciudad-empresa sustentada en la abierta y manifiesta idea sostenida por diversos estrategas acerca de la natural desigualdad de los seres humanos; ideas que fueron sostenidas por el programa neoliberal ya delineado desde la década de 1930 por la escuela austríaca a la cual pertenecieron Ludwig von Mises y Friedrich Hayec (entre otros) y que con variantes modificó la escuela de Chicago de Milton Friedman. Si el liberalismo había planteado una idea de igualdad que en la práctica cayó en contradicciones con la de propiedad y la de libertad, el neoliberalismo resolvió la paradoja asumiendo la inevitable y necesaria desigualdad.”

 

El párrafo que transcribimos a continuación contiene definiciones particularmente útiles para la comprensión de lo que viene ocurriendo tanto en nuestra ciudad como en otros ámbitos, especialmente en el denominado sentido común.

 

Veamos: “Nadie puede pregonar abiertamente la desigualdad, ni negar el acceso a la propiedad como bandera en una sociedad que se dice democrática. Pero no es necesario que algo sea manifestado explícitamente como principio para que se instale en la conciencia de los sujetos. La ideología, como han sostenido Gramsci y Althusser, no requiere de explicaciones racionales. La ideología es una materialidad que se inscribe en los cuerpos a través de sus prácticas en los espacios. El nuevo paradigma de ciudad-empresa sugerido por los enviados de Bratton y Giuliani tiene varios principios básicos: la desigualdad natural, la centralidad del mercado, la competencia, el individuo y sus intereses como núcleo de todo proyecto, la pobreza como un destino irremediable y necesario de muchos, la seguridad de los que merced al trabajo y al ahorro poseen rentas, la negación de políticas de protección social que asegure que quienes no acepten su destino y se rebelen sean castigados con el menor costo posible para el mercado.” Y aclara la autora que con esto no hace más que resumir los principios enunciados por von Mises en “La acción humana” (Tratado de economía).

Un tema insistentemente plantado por los medios hegemónicos es el de la inseguridad. Precisamente por estos días la Corte Suprema de Justicia ha dado a conocer indicadores referidos al Gran Buenos Aires, La Plata y la Capital Federal, los cuales evidencia un grado decreciente de violencia y, comparativamente con otras ciudades, un porcentaje menor de incidentes delictivos.

 

Sin embargo, los titulares de los diarios emblemáticos de la oposición, así como los zócalos de los canales afines machacan con estos temas luctuosos durante las 24 horas del día, a través de sus noticieros y flashes informativos.

Al respecto, el ensayo de la doctora Murillo indica que “El miedo a la inseguridad no es una consecuencia indeseada, sino un estímulo buscado para alentar a la competencia individualista, la cual es el corazón mismo de la ciudad-empresa, confirmada por muchos “empresarios de sí mismos”, cuyo único objetivo radica en buscar la propia utilidad. Ciudad-empresa pensada como lugar de mercado donde los ciudadanos son llamados “vecinos” y éstos se transforman en “empresarios” competidores que juegan un juego constante frente al temor de perder la casa, los amigos, la vida…En el mundo de la ciudad-empresa, sostenida en el imaginario de la desigualdad natural, el miedo al otro se confirma como al principal tecnología de gobierno de los ciudadanos que se han reconfigurado paulatinamente en “empresarios de sí mismos”, imaginarios constructores de su propio destino, que creen en su derecho a descalificar a todo aquel que no haya obtenido sus logros.” 

El magnífico trabajo compilado por Javier Marín contiene, como dijimos al inicio, excelentes aportes teóricos y análisis de los hechos que marcan las transformaciones sufridas por la Ciudad de Buenos Aires y sus habitantes, cuyo reflejo político puede constarse en los resultados electorales de al menos la última década.

 

Con estas líneas hemos intentado compartir algunas de esas contribuciones para la comprensión de lo que sucede en el imaginario colectivo y las conductas derivadas. Pero los párrafos precedentes son sólo el aperitivo de este suculento material que merece ser leído y releído en su totalidad.

 

*Dirigente cooperativista, Diputado de la Legislatura Porteña por el bloque Nuevo Encuentro.

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