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Luego de las PASO

 

La voz de las primarias.

Las PASO dejaron su legado de interpretaciones y controversias.  Se realizaron  y realzaron la cuestión principal de la política nacional.  La contradicción entre continuidad o final de ciclo. El interlocutor principal del Gobierno no son los representantes de la derecha, sino el pueblo argentino. El kirchnerismo tiene que salir a predicar y a resolver.

 

Por Ricardo Rouvier*

(para La Tecl@ Eñe)

Las PASO dejaron su legado de interpretaciones y controversias.  Se realizaron; y realzaron la cuestión principal de la política nacional.  La contradicción entre continuidad o final de ciclo.  Siete de cada diez ciudadanos votaron contra el gobierno, pero no necesariamente por el final del kichnerismo ; como; por ejemplo, la ratificación y ampliación de derechos, que ya son patrimonio de nuestro sistema jurídico. Sabemos que mucho de los no votantes al oficialismo ponderan  las realizaciones de estos diez años. En las encuestas previas teníamos que un 29% decía que iba a elegir a los candidatos que estuvieran a favor del gobierno nacional, y el resto no.  Hay cuestiones de gestión que relativizan la elección como una negativa totalizadora; pero hay cuestiones de gestión que afectan la imagen del proyecto.  En esta década, el kichnerismo ha satisfecho las demandas surgidas o vigentes en el ´03 de la crisis del ´01; ahora, han cambiado las demandas, y aquellas forman parte de la escenografía cotidiana.  Pero, hay cuestiones pendientes que pesan a la hora de votar: la inseguridad, la inflación, la corrupción; entre otras. Sobre esta última no es que la población tenga pruebas, pero si testimonios, y sobre todo campañas mediáticas, que le resultan verosímiles. Sobre la inseguridad, como la inflación; el gobierno se ha hecho un lío bárbaro en su discursividad desde el principio; y ese lío sobre la existencia o no existencia de tales problemas se ha trasmitido a la población como actitud negadora. Un resultado, es que en el INDEC casi nadie cree, no hay esperanzas sobre la lucha contra la inseguridad, y la inflación prevista por la ciudadanía está por encima de cualquier consultora privada.   El fantasma de la re-re dio vueltas y vueltas por ahí, sin haberlo despejado claramente, y advertimos hace muchos meses, que era una herramienta eficaz en manos de la oposición.

 

Si estas cuestiones principales tienen una existencia real o imaginaria, no importa en la medida que se convierten en un hecho político porque están en la subjetividad social.  Y esa subjetividad colectiva, en plena vigencia democrática, vota.

 

La continuidad es posible si se analiza críticamente la correspondencia entre el proyecto y la coyuntura, sin enojarse con la realidad. Los que se inscriben en el final de ciclo, habían probado con fortuna en el 2009 avanzar con su objetivo, pero no tuvieron comandantes idóneos. De Narváez es un aprendiz de la política, que falta a clase a menudo. Ahora, encontraron una nueva esperanza blanca y van por su entronización. En octubre, algunos cosas pueden mejorar, aunque la experiencia, inclusive de la propia Pta. en el 2011, es que los ganadores aumenten su caudal. La previsión del gobierno debería ser para dentro de dos meses y para los tiempos de continuidad. El reaccionarismo está ahí, pero siempre está ahí, la cuestión es no regalarle argumentos.  Es cierto, que la derecha tiene para ofrecer la pura negatividad de lo existente, pero habría que contrarrestarlo con un proyecto preciso respecto del futuro. El interlocutor principal no son los representantes de la derecha, sino el pueblo argentino. El kirchnerismo tiene que salir a predicar y a resolver.

 

 

*Sociólogo y Analista Político

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