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Jóvenes solidarios y comprometidos

El propósito de esta nota es destacar la movilización de miles de adolescentes que se lanzaron solidariamente a ayudar a las víctimas del fuerte temporal que azotó a gran parte de la ciudad de La Plata y sus alrededores. Ocurrida esta tragedia, jóvenes llegados desde distintos puntos del conurbano, de la Capital Federal e incluso del interior del país, formaron cuadrillas de trabajo con el objetivo de asistir a los damnificados.   


Por Ronaldo Wright*
(para La Tecl@ Eñe)

Desde hace un tiempo atrás venimos abordando, en La Tecl@ Eñe, diversos temas vinculados a nuestra juventud y su inserción social en estos tiempos globalizados y posmodernos. Hoy queremos destacar —otra vez— la movilización de miles de adolescentes, que se lanzaron solidariamente a ayudar a las víctimas del fuerte temporal que azotó a gran parte de la ciudad de La Plata y sus alrededores. Ocurrida esta tragedia a principios del mes de abril del corriente año,  jóvenes llegados desde distintos puntos del conurbano, de la Capital Federal e incluso del interior del país,  formaron cuadrillas de trabajo con el objetivo de asistir a los damnificados.   


Entre las tareas más importantes realizadas por los voluntarios encontramos la carga y descarga de los camiones que transportaron las múltiples donaciones: alimentos, ropa, mantas,  frazadas, colchones, lavandina y artículos de limpieza, entre otras. Muchos se abocaron a la limpieza de las márgenes de los arroyos y de sus zonas aledañas, a la reconstrucción de las casillas y viviendas precarias de las víctimas, al relevamiento de los barrios afectados, etc.; estableciéndose en cada una de las áreas en riesgo un centro de organización local. Otros recorrieron casa por casa brindando el apoyo y la   contención social, tan humana y necesaria en momentos de sumo pesar. 
Miles de chicos y chicas emprendieron las labores de logística desde la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, bajo la consigna La Patria es el otro. A esto hay que sumarle el trabajo solidario que llevó a cabo la juventud en distintos puntos del país, desde donde se clasificaron las innumerables donaciones y se armaron los paquetes que luego arribaban a los damnificados. Apostamos, entonces, a lo relevante que es para los adolescentes el poder agruparse detrás de un proyecto tan noble, de una causa común; para que una  vez más los seduzca eso de grupal que tiene la participación comunitaria.


Mientras el primer mundo hiperglobalizado intenta construir una juventud sincrónica, que viva sin objetivos trascendentes ni ideales propios; nuestros pibes se reúnen a los fines generosos antes señalados. ¿Habrán de ir en procura de un nuevo paradigma, con fundamento en una ética humanista que termine con tanto desgarramiento producido por esta posmodernidad líquida y fluida? Cuando la Aldea Global pretende  que los contactos sean sólo virtuales (a través de las pantallas de los celulares, de las computadoras, etc.), estos pibes y adolescentes se han abocado nada menos que a los vínculos reales: a compartir cuerpo a cuerpo con las víctimas de la tragedia.  
En nuestro país, hoy tenemos una mayor cantidad de chicos consustanciados con la sociedad, que colaboran en los distintos proyectos políticos, económicos, sociales y culturales. Jóvenes trabajando con intensidad en áreas de la educación, de los medios y la comunicación, de los derechos humanos, del cuidado del espacio ambiental, de la integración regional, del trabajo y la producción, y así siguiendo. Nos referimos a una juventud que sigue apostando al proceso democrático y que contribuye a solucionar los problemas puntuales de los que menos tienen. En suma, jóvenes creativos en sus  concretas acciones y adaptados a la comunidad que les ha tocado vivir.


Ya que hablamos de compromiso, cerramos estas breves consideraciones destacando que también son muchísimos los chicos y las chicas —entre los 16 y 18 años de edad— que han renovado su D.N.I. (documento nacional de identidad) con el fin de poder sufragar en las próximas elecciones. El pasado 30 de abril venció el plazo para ser incorporados al padrón electoral, luego de la sanción de la ley que incluyó el derecho al voto de los menores de más de dieciséis años. En síntesis, no cabe ninguna duda que estamos ante una verdadera ampliación de ciudadanía, experimentando la puntual  realidad de contar con jóvenes cada vez más incluidos y solidarios.
                                                                                                  

*Abogado y Psicólogo Social                                                                                  

   www.ronaldowright.com.ar

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